La
industria de la madera (llamada forest
economy) es un sector predominante en el mundo económicamente
hablando. Es la actividad industrial
ocupada del proceso de transformación de la madera, desde su plantación hasta
la elaboración de productos concretos de uso particular e implica extracción,
corte, almacenamiento, tratamiento bioquímico y la transformación.
El mundo con toda su modernidad y tecnología
continúa a utilizar la madera no solo
para la elaboración de muebles, en área de la
construcción (habitativo, puentes, etc.), procesos de transformación que
derivan en otros artículos indispensables como el papel, celofán, telas
(sustitutos de la seda) sino además en el proceso de generación de
energía. Sin mencionar su valor en el
campo de creación de fertilizantes.
La verdad es que todo ese “uso normal” que se
da a la madera a nivel mundial, en esta creciente industria es parte sustancial
del daño creado a nuestro ambiente por muchas circunstancias que se crean en
este ciclo despiadado de la explotación forestal.
Las consecuencias son
1.- la
reducción de la biodiversidad debido al mono cultivo de solamente ciertos tipos
o clases de árboles (aquellos más requeridos por la industria)
2.- exceso de emisión del CO2 (debido a la
reducción de la población forestal de ciertos hábitats)
3.- calentamiento global (por la razón
anterior)
4.- peligrosas transformaciones físicas sobre todo para las áreas que se desgastan
por el exceso de la deforestación
5.- peligrosa desaparición de especies animales
que dependen de la existencia de un ecosistema que viene modificado por el
hombre a través de la tala
El problema en sí, no es tanto originado por la
tala de árboles destinados a la industria sino por el manejo de corrupción que se
encuentra detrás del sector y de la desigualdad de leyes que se aplican en
manera “discontinua” y “exceptiva” en cada una de las naciones dedicadas al
rubro. Es decir, lo que se encuentra
prohibido y constituye una violación de ley en una nación, puede ser pasado por
alto en alguna otra y eso crea la permisividad y por tanto ilegalidad.
En el 2009 la producción mundial de madera en
rollo fue de 3,275 millones de m3
(equivalente a una disminución del 2% en la industria mundial que la década anterior).
En el caso de la madera segada la producción fue de 362 millones de m3 (disminución
del 6.7% de la producción de la década anterior). Se cree que el 13% de la
madera que reciben las naciones europeas y China son de procedencia ilegal,
calculada en 53 millones de m3. (Superficie comparada al territorio holandés y
de Bélgica juntos)
De acuerdo a las estadísticas de la Eurostat y
de la FAO, las naciones que participan en la creciente forest
economy tienen números como sigue:
Europa, contribuyendo a la producción (estadística
2009) en razón del 35% (más del 1/3 de la producción total), de la cual Austria
siendo un país de grande superficie forestal contribuye tanto a alcanzar dicha
cifra y se coloca como el 5to puesto de los países exportadores de madera.
Perú, Brasil (estos dos principales
exportadores de Cedro y Caoba en Latinoamérica), Canadá, USA, Cuba, Honduras, Escandinavia,
Rusia, India, China (la cual ha incrementado al doble su producción en la última
década), Bolivia, Malasia y algunos
otros países orientales.
Lo cierto es que las fuente de energía
renovable son justamente la solar, hidroeléctrica, geotérmica (incluyendo de la
madera) y la humanidad depende de esta.
Independientemente de esta producción, existe también
la industria de recuperación de material reciclado que podría restar la
negatividad del excesivo explotamiento de los bosques, indicando números menos
negativos. Lo cierto es que, aunque si
las industrias creen de suplir con reforestación
las vastas zonas que se talan anualmente, están muy
equivocados, pues la verdad es que cada decenio, los bosques del mundo han ido
en disminución. Y a este ritmo las consecuencias por desgracia nos alcanzarán.
* EXTENSION DE BOSQUES EN EL MUNDO (hectáreas)
1990 2000 2010
4,168 399
4,085
063 4,032 905
*numeros de la FAO